La euritmia es un arte de movimiento, creado en 1912. Etimológicamente significa: ritmo bello y armonioso (eu: bello, armonioso, y ritmia: movimiento, ritmo). Desde la fundación de la primera escuela Waldorf en 1919, la euritmia forma parte del currículo escolar, acompañando el desarrollo de los alumnos(as), desde el jardín infantil hasta la media.
Mediante la práctica de la euritmia, los niños(as) se adentran en las leyes que hacen viva la poesía y la música, por ejemplo: el ritmo, el compás y la altura de tonos en la música; y en la poesía, el ritmo, el estilo y la rima. Teniendo en cuenta estos y otros elementos, el niño(a) los expresará por medio de gestos corporales que buscan ser lo más fiel y verídico a la experiencia auditiva, pues mientras se hace euritmia se escucha la música o la poesía que se está trabajando/euritmizando. Es decir, la euritmia hace visible lo audible.
En el colegio, la euritmia pedagógica se practica en el kínder, a lo largo de la básica y en talleres optativos en la media. La enseñanza de la euritmia comienza con rondas y formas simples en el kinder y los primeros cursos de básica, hasta llegar a puestas en escena con los jóvenes de la media. Los alumnos(as) aprenden a expresarse corporalmente en música y habla, incursionan en las leyes y estructuras gramaticales y musicales, se unen a ellas y las hacen visibles en y con movimientos. Así aprenden a formarse a sí mismos, a forjar su interior, aprehendiendo sus propias vivencias y sentimientos.
Aprovechando la alegre disposición y necesidad de movimiento de los niños pequeños, la euritmia en el jardín de infancia y en los primeros grados recurre a la fantasía y al juego, creándose un mundo de color y calor entre gigantes, príncipes, caballitos y hadas. Con ritmos, pequeños ejercicios y formas los niños desarrollan la coordinación y la motricidad. Un cambio espacial importante, que se trabaja a finales del tercero o inicios del cuarto básico, es el siguiente: luego de la vivencia del círculo y la ronda se lleva a los niños a que conozcan la frontalidad, lográndose así una nueva postura ante el mundo. (Ustedes pueden probarlo si gustan, caminando una vez un círculo mirando el punto central y otra vez caminándolo conservando la frontalidad, son dos vivencias totalmente distintas).
Los alumnos(as) más grandes trabajan ya con poesías y piezas musicales específicas para su edad, que permitan desarrollar el contenido eurítmico. Por ejemplo con una melodía en el quinto se trabajarán los tonos, en el sexto los intervalos y en el séptimo los acordes mayores y menores. También se trabajan formas espaciales geométricas, desarrollando así el sentido de orientación y la inteligencia motriz (inteligencia en movimiento). Por medio de estas formas geométricas no sólo aprenden lo antes dicho sino también a tener a los otros en la consciencia, y a dominar su propio movimiento, haciéndose responsables de éste para el buen resultado del conjunto.
La tarea de la euritmia es hacer del interior del niño(a) un ser móvil, ágil y fuerte. Por eso la euritmia pedagógica es conocida también como gimnasia anímica, la cual crea en el niño una “fibra anímica”, “un tono muscular anímico”, necesario para la vida futura como adulto. La euritmia estimula la agilidad, motricidad y coordinación interna y corporal, desarrolla la orientación espacial, concentración, creatividad y estética, capacidad de expresión y sensibilidad social. La euritmia pretende desde el movimiento fortalecer el alma infantil y de los jóvenes, por medio de la experiencia musical y poética.