Kinder

El currículo Waldorf se basa en la comprensión del desarrollo evolutivo del ser humano, desde la niñez a la primera juventud, teniendo en cuenta la progresiva aparición de capacidades vinculadas al ámbito del hacer, del sentir y del pensar. Es decir, nuestra pedagogía busca educar la totalidad del niño, equilibrando el trabajo práctico con sus manos, con el progresivo desarrollo de la voluntad individual, la imaginación y las capacidades intelectuales. Estos tres ámbitos se trabajan en el kínder, la básica y la media, con distintos énfasis y metodologías.

En los primeros años del niño, la manera de acercarse al desarrollo de capacidades se realiza a través del juego, la fantasía y la imaginación, de modo de evitar la intelectualización precoz de los niños.

En esta etapa es fundamental proporcionar experiencias que le permitan al niño una apropiación de su cuerpo físico y desarrollo de los sentidos corporales básicos como el tacto, el equilibrio y el sentido del movimiento, de modo de lograr un mayor relacionamiento y comprensión de su entorno.

Se propicia el trabajo con materiales nobles, como la madera, la lana, la cera, entre otros, así como también el trepar, balancearse y fomentar otros tipos de acciones que faciliten este camino hacia la integración con su medio.